En el mundo actual, y sobre todo desde la pandemia, las transacciones financieras se realizan cada vez más en línea. Si bien esta circunstancia ha simplificado la vida de muchas personas también ha dado lugar a un aumento en los fraudes electrónicos y el phishing a nivel mundial. Las entidades financieras son conscientes de esta amenaza y de forma continua están implementando mecanismos de seguridad sólidos para proteger a sus clientes.
Uno de los mecanismos clave en la defensa de los activos es la autenticación de dos factores (2FA). Cuando realizamos una transacción online, además de nuestra contraseña, se nos solicitará un código de seguridad adicional que solo nosotros podemos proporcionar, generalmente a través de un mensaje de texto o una aplicación o en los casos más avanzados un reconocimiento biométrico. Esto hace que sea mucho más difícil para los ciberdelincuentes acceder a nuestras cuentas, incluso si obtienen nuestra contraseña.
"Las entidades financieras utilizan algoritmos para monitorizar nuestro comportamiento bancario."
Otro método importante es la detección de actividad inusual. Las entidades financieras utilizan algoritmos para monitorizar nuestro comportamiento bancario y, si detectan algo inusual, como una transacción en un lugar lejano (donde no estamos) o una compra inusualmente grande (teniendo en cuenta nuestro historial de operaciones), pueden bloquear la transacción y contactarnos para verificar su autenticidad. Pues profundizar en esta cuestión en el siguiente enlace https://www.eleconomista.es/legal/noticias/12397303/08/23/el-banco-debe-contar-con-un-sistema-de-control-que-le-permita-actuar-ante-cargos-inusuales-en-las-cuentas-para-evitar-el-phishing.html
El cifrado de datos es también esencial. Cuando envíamos información a través de la web, como detalles de tarjetas de crédito, esta información se encripta, lo que significa que se convierte en un código ilegible para cualquier persona que no tenga la clave. Esto garantiza que nuestros datos sean seguros durante la transmisión.
Finalmente, las entidades financieras y los organismos públicos (como INICIBE) también trabajan para reforzar nuestros conocimientos de ciberseguridad como clientes, tanto en lo relativo a las amenazas que surgen cada día como en lo relativo a la forma de protegernos del phishing.
En resumen, las entidades financieras son cada día más conscientes de la necesidad de reforzar la seguridad online. Utilizar autenticación de dos factores, monitorizar la actividad de cuentas, el cifrado de datos y la educación en materia de ciberseguridad son elementos clave a tener en cuenta para proteger a sus clientes de una creciente tendencia de fraudes electrónicos en general y del phishing en particular. A pesar de los riesgos, con precaución, es posible disfrutar de la comodidad de las transacciones online de manera segura.